lunes, febrero 27, 2006

¡Llévenselo oficiales, es mas espantoso que las calorías en una Big Mac!

La llegada de Internet a nuestras vidas ha traido cambios de especial relevancia para la sociedad, y particularmente en la forma en que esta se desenvuelve. La podemos utilizar como una poderosa herramienta de acceso a la información (portales de medios de comunicación, e-books, sitios de museos o de publicaciones científicas), o como una colosal forma de perder el tiempo (como lo están haciendo justo ahora). Sin embargo, creo que es factible encontrar el punto medio entre el uso serio y responsable de la red, y el que ustedes sanguijuelas le dan, con sus torpes correos cadena y sus chistes de ginecólogos -a decir verdad, creo que esos últimos no me molestan tanto, tal vez porque no recuerdo haber recibido alguno-. Y a las pruebas me remito:

Tengo una palabra para todos ustedes: coulrofobia. No, no es lo que están pensando, you one-track minded retards. La coulrofobia es un temor bastante generalizado en nuestra sociedad -el miedo a los payasos (Muuuuuaaaaaajajajajaja!!!!)-. Déjenme decirles algo: para ser sincero, no me agradan los payasos (Muuuuuaaajajajajaja!!!). Me parecen muy aburridos, poco originales, nada graciosos, y en general, creo que están muy abajo en la cadena alimenticia. Una vez dicho eso, la verdad es que no los encuentro terroríficos, y tampoco recuerdo que me dieran miedo cuando era pequeño. Ahora bien, mientras yo no sufro de este terrible padecimiento que daña y desintegra la armonía familiar, me he percatado de que conozco a mucha gente, chicos y grandes por igual, que simplemente no pueden soportar la idea de estar cerca de un idiota con la cara maquillada de blanco, acompañada de ropa extravagante, guantes y la actitud de un niño atrapado en el cuerpo de un adulto. Hey, basado en esa descripción, Michael Jackson es un payaso! (Muuuuuuaaaaaaajajajajajaja!!!). En este momento podría hacer miles de chistes sobre pedofilia -ya saben, payasos, fiestas infantiles, niños, Thriller- , pero la pedofilia no es algo sobre lo que se deba bromear.

En virtud de que se trata de un padecimiento sorprendentemente común (se dice que Johnny Depp, Billy Bob Thornton y hasta el taradillo que interpreta a Harry Pothead lo sufren), existen varios charlatanes (programadores neurolingüisticos, se hacen llamar) que aseguran poder curar estos trastornos, mediante terapias personales que cuestan desde US$1,500 , o bien la opción mas económica, que se basa en el control del miedo de manera autodidacta, el cual, segun el sitio de Internet, ofrece resultados "impresionantemente exitosos". Aparentemente estas personas están profundamente preocupadas porque la fobia a los payasos (Muuuuuaaajajajajaja!!!) puede causar trastornos en los ámbitos profesional y familiar, así como en la salud de quien lo padece. Pueden ver el resto de esta pendejada aquí. Miren, no es mi intención pretender que soy un experto en la materia, pero no creo que el miedo a los payasos (Muuuuuuaaajajajajaja!!!) pueda trastornar la vida de alguien al punto de la demencia, y por lo tanto considero que si alguien está haciendo tanto dinero bajo la pretensión de querer ayudar a alguien que en realidad no está en peligro, esas son, bueno, como decirlo... Chingaderas, pardon my French. ¿Porqué no crear un tratamiento efectivo para ayudar a la gente que le tiene fobia a los suéteres con cuello de tortuga, a las enchiladas suizas, o a los números telefónicos que terminan en 6? Supongo que eso no sería tan redituable ¿correcto?.

Mejor aun, ¿porque no idear un tratamiento para aquellos payasos (Muuuuuaaajajajajajaja!!!) que han caído estrepitosamente después de estar en la cima del éxito y la popularidad? Piensen en el pobre Cepillín. Recuerdo que cuando yo era joven, el tipo tenía su programa todos los sábados por la mañana, había grabado varios discos, y era extremadamente popular (bueno, no se si era tan popular, pero por lo menos yo llegué a ver su programa. Ustedes también, no se hagan). Ahora, mas de quince años después, ¿quien demonios se acuerda de él? No me sorprendería averiguar que se encuentra en una clínica de rehabilitación, intentando recuperarse de su adicción al crack. Al parecer el mundo del espectáculo es inmisericorde: un día eres el dios de los medios, y al otro estas pidiendo cambio en las esquinas para solventar tu narcodependencia. Lo mas curioso de todo esto es que, trato de recordar su programa, y nada me llega a la mente. No recuerdo de que se trataba, ni de los demás personajes (si es que había otros personajes). Tal vez era un programa con mesas de debate y discusión política, no lo sé. Lo que sí recuerdo es que alguna vez lo ví sin maquillaje, y pensé que le estaba haciendo un favor al mundo al permanecer caracterizado. Tal vez en ese momento su adicción ya le estaba causando serios estragos físicos. Aparentemente, no todo es glamour y sofisticación en la vida de un payasito de la tele; hay que recordar que ellos también son personas, creo, y tienen sentimientos, pasiones y rencores, como todos nosotros.
Así que les pido, amables lectores, que dejen un comentario en este, su espacio, si por azares del destino le tienen miedo a los payasos (Muuuuuaaajajajajaja!!!), o si han deseado alguna vez ser payasos (Muuuuaaajajajajajajaja!!!), o si son payasos (No se crea, todo esto es broma, señor) o si tienen familiares/amigos/amantes/gobernantes payasos (Muuuuaaajajajajaja!!!), o si tienen alguna fijación de índole sexual con payasos (lo siento, necesito llenar el espacio de alguna manera). Les prometo que me burlaré de ustedes tanto como me lo permitan las dos neuronas que aun me funcionan. Y si son de aquellos que realmente experimentan un trauma severo con la simple mención de la palabra P-A-Y-A-S-O, acudan a esta página, maquinada por alguien que está ligeramente más trastornado que ustedes; así, se darán cuenta de no están solos en su aflicción, my dear freak shows.
Bien, creo que finalmente no logré mi objetivo; es mas, pienso que esta sarta de sandeces que brotó de mi cabeza es tan mala o peor que los correos cadenas, y como resultado ustedes son mas mongoles que antes por haberlo leído. Pero no se preocupen, siempre habrá otra oportunidad para intentar escribir algo que sea de relevancia -y, ténganlo por seguro, fracasar miserablemente en el intento-. Entretanto, no los molesto mas, sigan tocándose en sus partes privadas o lo que sea que hagan cuando no están por aquí. I'm outta here!
Alex.
Next episode: John Locke, el contractualismo social y su influencia en la transformación política de principios del siglo XVIII en Inglaterra. O tal vez hablaré sobre los Choco-Roles, aun no lo sé.

P.D. - Algunos de ustedes me han preguntado como hacer para dejar comentarios en este blog. Pues bien, aunque no entiendo porque alguien querría comentar algo sobre lo que aquí se dice (excepto para amenazarme de muerte, claro está), les informo que si pueden hacerlo. Al final de cada entrada hay un renglón que tiene la hora a la que subí la entrada, denle click para ver los comentarios; para dejar un comentario, den click al enlace que está junto a la hora, que dice cuantos comentarios hay; para mandarle a sus amiguitos un enlace a este blog, den click a "links to this post". ¿Is that clear? Good.




lunes, febrero 20, 2006

Larry Mullen Jr. no tiene que tolerar estos atropellos


¡Como están, perros del mal! No obstante las diversas órdenes de aprehensión que se han girado en mi contra por escribir este bodrio (no me culpen a mi, fue idea de mi psiquiatra), sigo (y seguiré) aquí para entretenerlos con mis bonitas fábulas, así que no se preocupen, queda bastante tinta electrónica para responder a las mas profundas cuestiones de nuestra existencia, como porque el agua moja, o porque utilizo tantos paréntesis cuando escribo (Es muy mi pedo, ¿está claro?), y no habrá poder en este mundo, ni tormentas, ni relámpagos, ni "gobers preciosos", que me detengan!!!

El miércoles pasado fui a al estadio donde juega ese equipo al que todos los nacos apoyan, si, esos de amarillo. Pero no era el futbol lo que me llevó a ese recinto, sino el concierto de la banda irlandesa de merengue, U2. ¡Que ritmos tan jacarandosos, Dios mio! Todos los asistentes se movían al compás de sus canciones, las cuales llevaron a todas las damas al éxtasis sobre la pista de baile. Os juro que así sucedio.

Hablando en serio, el concierto fue muy bueno, lo disfruté mucho más que el que hicieron cuando vinieron a fines de '97 (recuerdo que en aquella ocasión pensé que ya estaban un poco viejos; creo que ahora el viejo soy yo), y estoy convencido de que son sin duda alguna la banda más grande de nuestros tiempos. Debo decir que en lo general no simpatizo con las cosas que son tremendamente populares - esto es, musicalmente hablando, aunque eso se ha expandido a otras áreas de mi vida, conciente o inconcientemente, no lo sé-, y por lo tanto, U2 representa para mi algo asi como un pecadillo, un placer culpable. Estoy seguro que voy a recibir mas hate mail del acostumbrado por lo que voy a decir a continuación, pero al día siguiente del concierto le dije a un amigo que ir a un concierto de U2 es lo mas cercano que tenemos en esta época a ver a The Beatles (y no me salgan, como hizo mi amigo, con que todavía podemos ver a McCartney, simplemente no es lo mismo). Asi que creo que, si bien no es la mejor banda, y definitivamente no es mi favorita, si es la más grande de esta época.

Pero claro, debí suponerlo: tenía que pagar un precio por haber pasado un rato tan agradable, y fue prácticamente en el momento que encendieron las luces al final del concierto (alrededor de la media noche), que la pesadilla comenzaba: Mis boletos a nivel de cancha fueron el presagio de la cadena de eventos nefastos, pues el desalojo de esa sección del estadio fue mas lento y complicado que intentar abordar el Metro Pino Suarez en hora pico. Pero hasta ese momento no había problema, y todos bromeabamos y reíamos y seguíamos emocionados por el concierto mientras caminabamos por el túnel, por lo que los empujones y la total ausencia de oxígeno no parecían algo tan malo. En efecto, era tan sólo el comienzo...

Me despedí de las personas con las que asistí al concierto, pues yo había llegado solo (me salí temprano de la oficina, ssshhh, no le digan a nadie) e inmediatamente me fui a mi auto, pues ya era un poco tarde y había que levantarse temprano al día siguiente. HA! Pobre diablo, yo creí que estaría en mi casa muy pronto, pero no. Aparentemente las personas encargadas del estacionamiento del Estadio Azteca habian decidido que su labor había concluído una vez que terminaron de recolectar los $100 que cobraban a cada inocente que como yo, pensó que sería buena idea dejar el coche ahí. Y no solo eso, los agentes de tránsito del D. F., Dios los bendiga, no estuvieron dispuestos a mover un dedo por agilizar la circulación en las calles aledañas. ¿Para que?, mejor tragarse unos tacos de tripas. ¿Lo ven? mi odio hacia los policias está plenamente justificado. Un dia voy a acercarme a una patrulla y les juro que... bueno, ya lo verán en los periódicos.

Varias mentadas después, pude salir del estacionamiento... a la 1:00 AM. Después, tráfico, tráfico, eterno y omnipresente tráfico. Hasta que llegué al Períferico y pensé que por fin había teminado el malviaje, así que acelere y acelere y acelere, hasta que... claro, el Períferico estaba cerrado por obras. La Secretaría de Transportes y Vialidad tuvo a bien cerrar el Périferico, como todos los días, sin considerar que tal vez habría un poco de congestión vehícular por el concierto. Tal vez estoy exagerando, tal vez no era su deber saber que ese día habría una circulación fuera de lo común a esa hora. ¡A la mierda! ¡Gracias, inepto gobierno capitalino!. Estoy seguro de que si Bono hubiera tenido que atravesar por las mismas circunstancias que yo, pasarían otros 9 años antes de que regresaran de nuevo.

Llegué a la casa de todos ustedes (por favor no pasen a visitar) a las 2:30 AM, muy cansado como para estar enojado, pero con la firme convicción de que debía ser escuchado. Así que al día siguiente desatendí mis obligaciones laborales para enviar sendas notas de inconformidad tanto a la Administración del Estadio como a las autoridades del Distrito Federal, en las que les manifesté mi molestia por la "pésima planeación", por su "absoluta incapacidad" y su "total carencia de previsión y, en general, de sentido común". Oh, I so let them have it! No era que estuviera esperando una indemnización o algo así, mas bien tenía curiosidad de saber que me responderían. Pues bien, las contestaciones se asemejaron mucho a lo que tenía en mente. La siguiente es la respuesta de uno de los funcionarios del Estadio Azteca, del cual no diré su nombre o su puesto para no acarrearme problemas (Juan Francisco Urquizo Gómez, responsable del Área Jurídica del Estadio Azteca. Oops!):

Licenciado Barron (se supone que ese soy yo),

Le agradezco mucho sus comentarios, los cuales son de gran utilidad tanto para eventos de esta magnitud como cualquier partido de fútbol en general.
Tenga por seguro que sus comentarios serán tomados en cuenta por el Estadio Azteca, y a su ves se harán extensivos a aquellos terceros que de tiempo en tiempo lleven a cabo, por su cuenta, la organización de eventos (caso concierto U2).

Gracias
Juan F. Urquizo

Afortunadamente tengo a la mano mi diccionario Español-Bastardo Corporativo, por lo que les puedo traducir el significado de esa nota:

Licenciado Me Importa un Carajo,

Sus opiniones son irrelevantes tanto para mi como para la gente que trabaja conmigo, y la única razón por la que me estoy tomando la molestia en contestar su mariconada de queja, es porque ha cometido la osadía de enviarle una copia de este e-mail a mi jefe (quien, por cierto, además de ser el administrador general del Azteca, es el presidente del mejor equipo del mundo). Pero ya averiguaré donde vive, maldito puñal...
Tenga por seguro que seguiremos haciendo las cosas de la misma forma que siempre, porque no nos interesa en lo más mínimo el bienestar de los muertos de hambre que acuden al Estadio; y en todo caso nosotros ni siquiera organizamos el pinche evento, sólo cobramos por hacerlo aquí. Ademas ¿quien va a traer a U2 la próxima vez? ¿Usted? No lo creo. Así que cállese y que tenga un buen día.

Gracias por nada
Juan F. Urquizo

Recibí otra contestación de parte de la Administración del Estadio, pero, como es la misma clase de corporate bullshit, me parece innecesario aburrirlos con ella. Ah! ¿Quieren saber que me contestó la Secretaría de Transporte y Vialidad del D. F. (usen el link, pueden ver si ya se los atoraron con los nuevos radares, yupi!)? Les diré cuando me contesten, si es que algún día lo hacen.

Me despido, no sin antes recordarles que se tallen bien ahi donde no les da el sol.
Saludos,
Alex.

Next episode: Los nazis quieren el Santo Grial, y solo yo puedo impedir que lo obtengan. Mmm, ¿donde habré escuchado eso antes?.

martes, febrero 14, 2006

El perenne arte de quejarse, o: Happy Valentine's Day!

Hola, jóvenes enamoradizos. A pesar de las recomendaciones de mis abogados, he decidido regresar para la segunda entrega de "Al Fondo a la Derecha". Sin embargo, hoy empiezo con una nota trágica: el domingo pasado terminó oficialmente la temporada de la NFL, por lo que nos aguardan 7 meses sin futbol americano; en otras palabras, acaba de comenzar "la parte idiota del año". Durante este período me encontraré sumido en la mas profunda de las depresiones, sufriré de repentinos cambios de añimo (tal vez me sorprenda a mi mismo llorando mientras veo capítulos repetidos de "Dos Mujeres, Un Camino"), dejaré de bañarme, y probablemente trataré de matarlos si estoy circulando por las calles de esta ciudad y alguno de ustedes me corta el paso, así que no se metan conmigo.

En fin, la vida sigue (aunque no entiendo para que, si no hay fútbol americano por los próximos 7 meses) y aun quedan muchas razones en esta vida por las cuales practicar el deporte nacional por excelencia: Quejarse. ¿Que sería de nosotros si no pudieramos manifestar nuestra inconformidad en contra de la ineptitud de nuestros gobernantes, contra las polémicas decisiones de los jueces de "Cantando por un sueldo", contra las convocatorias de los naturalizados, contra los gringos, contra el pago de la tenencia, contra las compañías de telefonía celular, contra los excesivos gastos de campaña de los candi-gatos, etc.? Mas aun ¿Que diablos importa si no tenemos ni la mas remota idea sobre ninguno de estos temas? Lo que importa es alzar la voz y decir "¡Ni madreeeeeeees!". Porque al fin y al cabo, de eso se trata la libertad.

De hecho, cada vez me convenzo más de que el principal rasgo que nos define como seres humanos, es nuestra tendencia natural a quejarnos de todo lo que nos rodea. Veamos el siguiente ejemplo: En días recientes, muchas personas que profesan la fé islámica se han quejado por la aparición, en la publicación danesa Jyllands-Posten, de algunas caricaturas que a su juicio denigran la imagen del profeta Mahoma; los daneses y otros paises europeos donde se han publicado las caricaturas, se quejan de que naciones como Sirie e Irán han utilizado esta polémica para excacerbar el sentimiento anti-occidental, en detrimento de la libertad de expresión; Siria e Irán se quejan de que estos actos son reflejo de las políticas sionistas de Israel y Estados Unidos; estos países se quejan de que tales acontecimientos acrecentan el peligro de futuros actos de terrorismo en contra de sus ciudadanos; los terroristas, bueno, creo que su razón de existir se basa en el hecho de quejarse. Es un ciclo que nunca termina.
¿A que quiero llegar con esto? Bueno, a nada realmente, ¿quien creen que soy, Monsivaís o alguno de esos pseudointelectuales de quinta? Si acaso, me parece que es común ver como un hecho que en apariencia no debería ser tan trascendental, genera una controversia enorme y de repercusiones negativas para todos. Regresando al caso anterior, no quiero -ni me corresponde- decir que no haya motivos para que haya gente ofendida por estas caricaturas, pero a fin de cuentas, no son ni mas ni menos que eso: caricaturas. Pretender cualquier otra cosa es a) ser un imbécil, o b) querer tratar a los demás como tales. Y desafortunadamente, en el caso en cuestión, todas las partes involucradas le han dado mas importancia a unos dibujitos de la que en realidad tienen (y a decir verdad, están medio pinches).
Lo que si creo es que el principal problema radica en que no existe ni siquiera un ápice de voluntad en tratar de entender a la otra parte, y eso va para todos nosotros: es mucho más fácil quejarse, insultar, criticar, y, en suma, ver todo lo malo de los demás, en lugar de tratar de comprenderlos. Es mas sencillo quemar banderas y arengar a las masas contra los infieles, o bien tildar de retrógradas y fomentar la discriminación, la segregación y la xenofobia, que propiciar un acercamiento que resulte benéfico para todos los involucrados. Si yo, que odio a todo mundo (especialmente a ti) puedo ver esto, ¿porque los demás no?.
Lo peor de todo es que no se trata de una situación nueva, hasta Spielberg lo puede ver, a juzgar por la nueva porquería fílmica que le ha inflingido a la humanidad -parece que está empeñado en que su siguiente película sea decididamente peor que la anterior, véanla bajo su propio riesgo-. Si ya la vieron, entenderán mi dolor. Si ya la vieron y les gustó, por favor abandonen esta página inmediatamente y nunca regresen, sé que les estaba hablando de comprensión y de toda esa basura, pero por favor, todo tiene límites.
Me parece que si podemos extraer una lección (y una muy valiosa) de todo este gasto inútil de tiempo -para mi- y de dinero -para sus empleadores, porque les aseguro que están leyendo esto en la oficina, en vez de terminar el reporte bimestral, mientras la compañía sigue yéndose derechito al carajo- es la siguiente: o aumentan la duración de la temporada de futbol americano, o vamos quitándole meses al año, porque a este paso no se si todavía me encuentre entre ustedes si tengo que esperar hasta Septiembre. Buuuuuuaaaaaaaaaa!!! Perdón, no me había tomado mis medicamentos. La verdad es que no hay lección que aprender, al menos no aquí. Jajajaja si yo fuera maestro todos mis alumnos me amarían.
Bueno, me despido, no sin antes recordarles que hoy es 14 de Febrero, así que gasten, gasten en esa persona tan especial para ustedes, porque ya sabemos que si no gastas, no quedas bien, y no quieres quedar mal ¿o si?.
Next episode: Les mostraré el primer capítulo del guión que estoy escribiendo para cine, es tan malo que definitivamente my homeboy Steven se va a morir por dirigir. Estoy seguro de que cuando llegue el fin del mundo (como en dos semanas), Hollywood va a ser el primer lugar en consumirse por las llamas del Juicio Final. Después de todo, es Tinseltown, ¿no?
Besos a sus mamás,
Alex.

viernes, febrero 03, 2006

¡Bienvenidos! (no realmente).

Saludos, niños y niñas. Se encuentran ante la primera entrada de este, su espacio denominado "Al Fondo a la Derecha". Tenía pensado comenzar con una breve exposición de motivos sobre las razones que me llevaron a iniciar este lugar, pero de repente me dí cuenta: No tengo porque darles explicaciones, yo soy libre de poner aquí lo que me venga en gana y háganle como quieran.
Este blog estará dedicado a las más diversas y profundas cuestiones de la existencia (dicho de otra manera, se va a tratar de lo que se me ocurra en el momento). No pretendo convencerlos con mis puntos de vista (allá ustedes si no están de acuerdo, ya tendrán tiempo de arrepentirse cuando reencarnen convertidos en marmotas, o peor aun, en agentes de policía), ni hacerlos reflexionar sobre sus vacías e insaboras existencias, que al fin y al cabo para eso tienen a sus amadas telenovelas. Por último, no estoy escribiendo esto para agradarle a nadie, aunque la verdad dudo bastante que eso suceda si alguien llega a atreverse a leer este espacio.
Pero en fin, hablando de nuestros agentes de policía, esos magníficos y varoniles elementos que conforman nuestras respetadas agencias de seguridad pública, esos verdaderos ejemplos de seres humanos, cuyo arrojo y heroismo han propiciado la vida tranquila y pacífica de la que todos gozamos en este país, esos auténticos patriotas que lo dan todo por el bienestar de los demás, esos... bueno, suficiente sarcasmo. Si le preguntaran a cualquiera de las dos personas que me conocen lo que yo pienso acerca de la policía en México, les dirían que es una de las 17,862 cosas que encuentro mas detestables sobre la faz de este planeta (hey, les ahorré el tener que buscar a esas personas, que de todas formas no encontrarían, porque una vive en la quinta luna de Saturno y la otra se murió hace 300 años).
Traigo este tema ante ustedes, porque la semana pasada su servidor fue presentado (otra vez) ante el Ministerio Público en el Municipio de Atizapán de Zaragoza, por un par de finos elementos de la policía municipal de tránsito del mismo municipio. No voy a utilizar estas líneas para justificarme, puesto que efectivamente hice algo que ameritaba una sanción (otra vez) según las disposiciones legales del Estado de México (en resumen, estaba circulando inadvertidamente en una calle que parecía ser de doble sentido pero que según los agentes no lo era; además había bebido un poco previamente jejeje), pero ello no cambia el hecho de que estos semihumanos -iba a llamarlos chacales, pero que culpa tienen los pobres animalitos- estaban ahí para "pescar".
¿A que me refiero con esto? A que estos individuos, a sabiendas de que el lugar en cuestión es muy propicio -una calle de dos carriles, bastante inclinada, mal iluminada y sin señalamientos, en la que todos los automoviles subian transitando únicamente por el carril derecho- para que la gente que circula por ahí sin conocer la zona, cometa el mismo error que yo, simplemente esperan ahí, tranquilos, a que alguien caiga en la trampa. Estoy seguro de que esta actividad les resulta mucho mas lucrativa y sencilla que dedicarse a agilizar la circulación o a detener a alguien que realmente ponga en peligro a los demás, y lo digo en virtud de que este relato ocurrió el Sábado pasado cerca de la medianoche (es decir, a una hora donde es previsible que varias personas hayan bebido y estén manejando), y de que un agente del Ministerio Público -guardaré lo que tengo que decir de estas basuras para otra ocasión- me confirmó que estas actividades se realizan "todo el tiempo".
Eso no es todo. Inmediatamente fui detenido y llevado al MP. "Bueno, por lo menos no se están prestando a la corrupción", pensé. ¡Falso! Me llevaron porque sabían que si soy presentado y llevado ante el médico legista -ignoro si realmente era médico o no, pero hice todo lo que me pidió en el examen, del tipo de "levanta la cabeza, cierra los ojos, extiende las manos," etc., y aun así determinó que estaba en estado inconveniente-, mis buenos amigos podrían ejercer, a sus anchas, la corrupción, disfrazada bajo la amenaza de la potestad del Estado. "Estás en problemas amigo, vas a tener que pagar una caución de entre $10,000 y $15,000, si no te quieres ir a Barrientos (refiriéndose al Centro Preventivo y de Readaptación Social de Tlalnepantla). ¿Como lo quieres arreglar?", me dijo el C. agente del Ministerio Público, como quien lleva años de arreglar las cosas al mas puro "mexican style". En efecto, ¿para que dejar ir a un infractor en el momento que lo detiene la patrulla mediante uno o dos billetes, si lo puedes presionar hasta dejarlo en calzones? Afortunadamente (creo), hubo personas dispuestas a ayudarme, es decir, a arreglarse con los del Ministerio Público, pero no puedo decir lo mismo de las otras personas que estaban encerradas ahí.
Déjenme decirles algo: es cierto que el alcohol, en grandes cantidades, puede nublar el juicio y la percepción de una persona; pero si yo conozco de algo es de "estados inconvenientes", y en ese momento no me encontraba en tal estado de ninguna manera. Hubiera podido oficiar una misa parado de manos en ese momento. Dicho cortésmente: Me corto uno y la mitad del otro si no le tocó una tajada al buen doctor por su dictamen médico. Igual a los oficiales, quienes, en cuanto se determinó que yo venía hasta el gorro, se fueron a "pescar" al siguiente, quien llegó a compartir el encierro conmigo unos 20 minutos después. Pero las palmas se las lleva el agente del Ministerio Público, corrupto al grado del cinismo y, por cierto, mucho mas enervado -diría que estaba pedo, pero ignoro si era alcohol lo que había consumido- que yo. Imbécil.
También entiendo el porque de la ley - en el Estado de México una persona puede ser condenada hasta a dos años de prisión únicamente por conducir en estado de ebriedad, sin perjuicio de otras conductas que puedan ser tipificadas como delitos-, pero ello no puede convertirse, de ninguna manera, en un nicho mas para la corrupción de las fuerzas policiacas. Acepto mi error y lo siento por todas aquellas personas que han sufrido la pérdida de un ser querido por culpa de un conductor imprudente, pero es absolutamente intolerable que las autoridades actúen de manera impune, perpetuando el fenómeno de la corrupción y llenando las prisiones de personas que cometieron un error, pero que no adoptaron el delinquir como un modus vivendi, como lo hacen muchos que andan libres, y como también lo hacen (si, adivinó usted) nuestros incansables agentes ¡Un aplauso para ellos!.
Next episode: Oficiaré una misa parado de manos, mientras repaso en mi cabeza todos los goles de Zague en la temporada 89-90. No se lo pierdan!!!